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Conozca los laboratorios UCCIRT: Analizan la presencia de residuos de plaguicidas en frutas y verduras

El Centro de Control de Insumos y Residuos Tóxicos del Senasa cuenta con cuatro laboratorios donde los especialistas analizan la presencia de residuos de plaguicidas en frutos y vegetales en muestras que llegan de las 25 regiones del país.

Cada año, el Centro de Control de Insumos y Residuos Tóxicos (UCCIRT, por sus siglas institucionales), analiza más de 45,000 muestras de frutas, vegetales y granos que llegan de todo el Perú. 

Este centro del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) analiza 9,000 muestras anualmente. Pero cada una de ellas debe de someterse a cuatro o cinco análisis, lo que arroja el total enunciado.

En la actualidad, el UCCIRT cuenta con cuatro laboratorios: el de Residuos de plaguicidas, de Residuos de medicamentos veterinarios, de Metales pesados y de Micotoxinas.

A veces, los laboratorios de este centro ubicado en el distrito limeño de La Molina, reciben una carga tan grande -hasta 100 muestras en un día- que el trabajo de análisis puede prolongarse hasta 10 días.

CERTIFICACIÓN

El UCCIRT del Senasa funciona desde el 2008 y cuenta con ISO 17025, una certificación internacional específica para laboratorios que realizan todo tipo de ensayos.

Su director, Orlando Lucas Aguirre, explica que esta certificación refrenda que los laboratorios trabajan bajo un sistema de calidad, cuenta con equipos calibrados y personal entrenado que participa en pruebas de comparación internacionales. Todo ello, permite elaborar resultados calidad y confiables.

PLAGUICIDAS

El principal rol del equipo de 180 especialistas del UCCIRT -entre químicos, químicos-farmacéuticos, técnicos y auxiliares de laboratorio- es analizar los contaminantes químicos. Por ejemplo, los residuos de plaguicidas que contienen frutos y vegetales.

Lucas recuerda que los plaguicidas son necesarios, “pero tienen una forma de aplicar un periodo determinado que, a veces, no se respeta. Eso es lo que origina el residuo en los alimentos”. Recuerda que algunos alimentos producidos en el Perú están siendo observados en países de la Unión Europea (UE).

Cada plaguicida nuevo que ingresa al país debe detallar sus parámetros de uso y el Senasa lo debe de probar. Los plaguicidas del tipo micotoxinas son por hongos que crecen en el maíz. Pero hay otro grupo muy tóxico, cancerígeno, como la saplatoxina que a escala global está controlado.

El centro trabaja con máquinas muy modernas, que pueden detectar muestras de entre 200 y 300 moléculas de plaguicidas durante un barrido.

PRUEBA CUALITATIVA

El laboratorio de Residuos de plaguicidas del UCCRIT es el de mayor tecnología de su tipo a nivel nacional y sus métodos están acreditados.

Anualmente, este laboratorio participa “voluntariamente” en una prueba de evaluación de comparación con un laboratorio de referencia de la UE para análisis de residuo de plaguicidas en frutos y vegetales, ubicado en Almería, España. Este último es un laboratorio de referencia para más de un centenar de laboratorios de su tipo en la UE.

Dicha prueba cualitativa consiste en el envío de una “muestra ciega”. El laboratorio del Senasa debe de analizarla e informar a su par de la UE lo que encuentra en la muestra. En general, estas muestras contaminadas tienen un promedio de 20 plaguicidas con distintos valores y cotejan los resultados y los métodos.

“Tanto la FAO [Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación] como los países de la UE y la FDA [Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos] manejan límites de plaguicidas, que son la referencia con los que comparamos los productos. Es el valor regulatorio que establece que un alimento es apto para el consumo”, dice el director del centro.

El reto para los productos peruanos es que en inocuidad cada país desarrollado maneja estándares distintos (la UE usa uno para toda la comunidad). Por ejemplo, en cada kilogramo de quinua debe de haber un máximo de 10 miligramos de clorpirifos.

REDES SOCIALES

Cierta información en las redes sociales advertía que no se debía de consumir fresa, por ejemplo, por su alto nivel de plaguicidas. Lucas pide a la población ver ese tipo de información con cuidado.

Si bien hay agricultores que utilizan más plaguicidas cuando se acerca la cosecha, estos niveles se detectan rápidamente. Toda la información que logra la UCCRI se envía a la Dirección de Inocuidad del Senasa y debe de retroalimentarse en campo, con visitas a las zonas, de donde provienen muestras con elevado porcentaje de plaguicidas.

Por su parte, el director general de Centros de Diagnóstico y Producción del Senasa, César de la Cruz, subraya que el Estado peruano, a través de su institución, está invirtiendo en tecnología y los laboratorios tienen tecnología de punta que permite el mejor análisis de los productos de pan llevar y la agroexportación.

Resalta que gracias a esta labor del UCCRIT nuestros productos son aceptados en diversos mercados. En ese sentido, los últimos dos años se han adquirido equipos modernos que nos ponen al frente de países de la región como Chile o Colombia.

De otro lado, De la Cruz explica que el cambio climático también es un desafío para los especialistas, por un lado, el personal debe de adecuarse a nuevos problemas y también capacitarse para adoptar nuevas metodologías.

INICIO DEL PROCESO

La cadena del UCCRIT se inicia en las 25 direcciones ejecutivas del Senasa, que son las que realizan en las regiones el monitoreo y envían las muestras (no los productores) al Área de Recepción de Muestras, a través de un servicio de Courier, que cumple una serie de protocolos.

Las muestras llegan en cajas completamente selladas y los técnicos, tras codificarlas, se encargarán de “homogenizar” las muestras; se limpia y se obtiene extractos con el objetivo que todos los contaminantes de estos plaguicidas pasen para analizar las muestras molecularmente en el laboratorio.

La recepción tiene sus horarios fijos, pero también hay protocolos para atender emergencias. Por ejemplo, si se presenta una enfermedad y se necesita analizar con urgencia una muestra. Luego, se envía a los laboratorios.

Los resultados que arrojan las muestras en los laboratorios, una vez aprobados por la dirección, automáticamente se suben a la base de datos del Senasa, y se ponen a disposición de los técnicos en las regiones. Es una herramienta para tomar determinaciones.

Datos:

Las muestras siguen los protocolos de la FAO. Se envían al UCCRIT en una cantidad aproximada de 1 K, bajo un sistema de cadena de frío.

A su vez, la muestra procede de un lote que proviene de una hectárea cultivada o se toma de un mercado, siguiendo un protocolo, que sirve para preservar y evitar que haya una “contaminación cruzada”.

La cadena de frío ayuda a que el alimento llegue en la mejor forma a los laboratorios del Senasa.

No se pueden analizar muestras podridas ni deterioradas sino aquellas para el consumo humano.

Cifra:

9,000 muestras al año procesa el UCCRIT. Cada una se somete a 5 análisis.

FUENTE: EL PERUANO

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